UN TAL PABLITO IGLESIAS
Anda por ahí un
politiquillo del tres al cuarto que ha surgido de la nada aprovechando el
oportunismo de su nombre similar al de aquél Pablo Iglesias Possé que años
atrás vino al mundo para dedicarse a la política en defensa del proletariado,
creando el PSOE y el sindicato obrero UGT, un Pablo Iglesias que pasó hambre,
privaciones y persecuciones por defender al mundo del trabajo. La gran
diferencia entre este Pablito Iglesias del momento actual y aquel Pablo
Iglesias de finales del pasado siglo XIX al que un insigne segoviano, Emiliano
Barral, esculpió un busto que formaba parte del conjunto monumental que el
pueblo de Madrid le erigió en la Moncloa,
que fue destruido en 1939 al terminar la guerra civil y que fue enterrado
en los jardines de Cecilio Rodríguez en el madrileño Parque del Retiro para
evitar también su destrucción, fue desenterrado el 7 de febrero de 1979 y hoy se
conserva con carácter permanente en la Sede del PSOE en la madrileña calle de
Ferraz.
La diferencia entre
Pablo y El Pablito estriba en que aquél dedicó su vida política a trabajar por
y para el obrero, mientras que el impostor y oportunista Pablito Iglesias de
hoy, lo primero que ha hecho ha sido trabajar para él mismo, asegurándose un
puesto como eurodiputado por el que percibe unos ingresos anuales superiores a
los ocho millones de euros que no reparte con nadie y al mejor estilo de
Natalio Rivas, colocando con subterfugios y malas artes a cuatro amiguetes
suyos en puestos públicos altamente remunerados sin necesidad de que tengan que asistir físicamente a defenderlos
con su trabajo, y eso se llama nepotismo y despotismo. Pronto ha aprendido el
neófito las malas artes de los políticos corruptos y que a tenor de lo que de
él se cuenta ha creado algunas empresas fantasmas, sin empleados, que facturan
cientos de miles de euros que, por supuesto, no cotizan a Hacienda. ¡Viva la
corrupción!
Pues este especímen
político que ha surgido de la noche a la mañana en la vida política española,
arropado por la propaganda mediática que le vienen prestando algunas cadenas
televisivas manejadas por personas que quieren desestabilizar la tranquilidad
de vida del pueblo español, atacando por sistema a lo que hoy representa el
poder político y de gobierno de la nación al haber obtenido once millones de
votos en las últimas elecciones generales, está basando su discurso
“engañabobos” en prometer a los parias de la patria cosas que sabe más que de
sobra que nunca podrá cumplir. Como decía el viejo profesor las promesas en
política se hacen para no ser cumplidas; lo están haciendo todos. Al Pablito lo
tiene que investigar la Ley.
Está arengando a
todos los sin techo a que ocupen las casas vacías; a los que tienen hipotecas
que dejen de pagar; a los que no tienen trabajo que exijan pensiones que les
permita vivir sin dar un palo al agua, todo esto y muchas cosas más que sabe
que no podrá cumplir puesto que supondría un caos y ruina económica de la
nación lo está prometiendo impunemente El Pablito. Lo importante es que hablen
de uno aunque sea “bien”, y esto es lo que está ocurriendo con este aprendiz de
político que ha tardado tres telediarios en encumbrarse a la “casta” política a
la que hasta hace cuatro días estaba denostando; porque si periódicos y
televisiones no le prestaran la menor atención, su fuego se extinguiría como se
apaga la vela al acabarse la cera.
Esto es lo que está
ocurriendo en la vida española porque sus gobernantes y políticos se están mirando
el ombligo, ocupados en defender su ego, su estatus, sus votos, permitiendo
robos, y corrupciones que no se castigan severa y adecuadamente, en lugar de
dedicarse a gobernar defendiendo el estado de bienestar del pueblo que aguanta
y calla.
La que se podría
armar si personajes como éste llegaran a gobernar.
Esta situación me ha
dado pie para dedicarle al Pablito uno de mis “sonetos grotescos”:
EL
PABLITO
Ha surgido del
mundo de la nada,
el Pablito un chiquito embaucador,
que le echa mucha cara y más valor
y engaña a los que son de su camada.
En esta vida cruel y
descarnada
se presenta un mesías salvador,
que promete la gloria, sin temor,
a los parias que voten su pernada.
Hay que tener muy negro el corazón,
y jugar con el hambre de la gente,
con promesas vacías, del montón.
Está engañando a
todos sus votantes,
y no pasa de ser algo indecente,
porque todos son tan pobres como antes.
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