domingo, 29 de junio de 2014

SONETO GROTESCO



   RUBALCABA, DIMISIÓN

 Ha dimitido el pobre Rubalcaba
tras haber sido siempre un segundón;
no le hacían ni caso en su rincón,
plegado siempre estuvo al que mandaba.

 De fracaso en fracaso siempre andaba;
hasta el mismo Tomás que es un simplón
cuestionaba cualquiera decisión
que el pobre don Alfredo se tomaba

  Al fin se ha dado cuenta que el Partido,
está más que partido en mil pedazos
y cada trozo tira para un lado.

 Y por mucho coraje, no ha sabido
dominar a las bases que, a codazos,
patadas y mordiscos le han echado.

SONETO GROTESCO



      LOS “AFORRADOS”

 Llegaron como moscas a la miel
la caterva de los desarrapados,
para poder estar todos forrados
antes que se acabara aquel pastel.

 No concedieron tregua ni cuartel
todos quieren estar bien aforados
cometer los delitos desalmados
y que les juzguen jueces de papel.

 En eso está metido el Cayo Lara,
el recién aforado del “Coletas”
hasta el alcalde de Marinaleda.

 La Maleni y el Chaves ¡vaya cara!,
a los que hay que mandar a hacer puñetas
antes de que se lleven lo que queda.


LOS "AFORRADOS"



                                     LOS “AFORRADOS”
 El artículo 14 de la Constitución Española de 1978 dice: Los españoles son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
 Este artículo está en flagrante contradicción con la condición de aforamiento de que disfrutan determinadas personas que por su condición política gozan de determinadas
prebendas ante la ley, de las que no gozamos el resto de los comunes.
 Establecida esta circunstancia es de suponer que para que ese artículo se cumpla, hay que quitar su condición de aforamiento ante los Tribunales, a los más de 10.000 aforados que por el mero hecho de aposentar sus traseros para sacar brillo a los asientos de las Cámaras y Tribunales disfrutan de esos privilegios que los demás no tenemos.
 A todos los jueces y fiscales de los altos tribunales de la Administración de Justicia.
 A los Vocales y Magistrados del Tribunal Constitucional, y de la Audiencia Nacional.
 En pocas palabras, para que ese artículo se cumpla no debe haber nadie, absolutamente nadie que disfrute ante la ley de ningún privilegio del que no puedan disfrutar el resto de los españoles. Si así no se cumple, ese artículo hay que arrancarlo de la Constitución.
 Ahora que las gallináceas han revuelto el gallinero y no hacen más que cacarear sobre el posible aforamiento de S.M. Don Juan Carlos I, que dicho sea de paso, si hay alguien que se lo merece es sin duda alguna ÉL. En el próximo otoño el Gobierno va a abrir un debate para reducir el número de aforados de 10.000, a 2.000.
 ¿Y a quiénes va a suprimir?. ¿A qué 8.000 va a discriminar suprimiendo su aforamiento y a qué 2.000 va a seguir discriminando manteniéndoselo?. ¿No les parece, señores del Gobierno que se van a tomar ustedes unas atribuciones que la propia Constitución no les atribuye?.
 ¿Dónde está la libertad de la Justicia si los jueces y magistrados de los Altos Órganos de la Administración de Justicia están elegidos a conveniencia por los propios partidos políticos, por ser afines a su propia ideología?. ¿Quién nombra al Fiscal General?.
 Toda esta discriminación judicial de los aforamientos ha venido a alterar el gallinero político, y precisamente las gallinas más cluecas son las que más cacarean, las que ahuecan su plumaje para no dejar sitio a uno más, precisamente aquéllas que tendrían que estar besando el culo a quiénes nos dotaron de la Constitución que hoy tenemos y gracias a la cuál ellas pueden estar sentadas en los asientos del Congreso y del Senado y de las Cámaras Autonómicas; y que si no fuera por su condición de aforados ya habrían sido juzgadas por sus delitos contra el pueblo, y si halladas culpables, habrían perdido todos y cada uno de los privilegios que la Sociedad les está permitiendo.
 No vamos a citar nombres ni partidos, pero los tienen; la corrupción política se ha extendido de tal forma que casi nadie queda libre de culpa y muchos de ellos, a no ser por su condición de aforados, ya estarían en la cárcel, en Andalucía, en Cataluña, en Galicia, en Baleares, en Asturias, en Valencia o en cualquier región o pueblo.
 Hay algunos aforados que roban en Supermercados y ocupan por la fuerza tierras que no son suyas, a los que esa izquierda plural que no paga los impuestos de sus sedes, defiende y protege, y que se niega a que sea aforado alguien como S.M. que está, en todo, a años luz por encima de ese pobre hombre que la maneja. ¡Vaya Cayo!
 En el PSOE, que cuenta con varios aforados implicados en la trama de los ERES de Andalucía, se pronuncian con la abstención en el aforamiento de Don Juan Carlos I, ¿es que acaso esos individuos se consideran por encima del REY?. ¿Qué decir de UGT?
 ¿Y qué decir de la corrupción en la Cataluña del muy honorable, cuyo niño ha metido la mano en el cajón de las ITV, hasta más arriba del codo?. ¡Vaya honorable!.
   Lo justo, para que todos podamos hablar de Justicia y decir algún día que somos iguales ante la ley, es suprimir todas esas prebendas de que disfrutan los aforados, que empiezan así y terminan “AFORRADOS”

lunes, 23 de junio de 2014

EL CAMBIO



 Tan sólo en el transcurso de unas horas hemos pasado los españoles a cambiar de Rey.
El día 18 de junio de 2014, miércoles, Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I que durante 39 años ha ostentado la Corona de España, abdicó en favor de su hijo Don Felipe, Príncipe de Asturias.
 Al día siguiente, jueves, 19 del mismo mes se procede a proclamación del nuevo Rey que reinará con el nombre de S.M. el Rey Felipe VI.
 Este cambio de reinado y por ende de Jefatura del Estado Español se ha producido en un tiempo record, en apenas 24 horas, y no ha pasado nada, en el sentido en el que algunos agoreros esperaban o intuían que podía pasar.
 Los grandes periodistas ávidos de notoriedad y los no menos grandes políticos o vividores de la política, comentan muy agudamente en sus crónicas que no ha pasado nada, que el tránsito de un monarca a otro se ha realizado con absoluta normalidad, sin ningún trauma político o social, sin tiros, sin atentados.
 Me pregunto: ¿es que alguien esperaba que por dicho cambio en la Jefatura del Estado iba a ocurrir una revolución, una sublevación, un golpe de Estado, una guerra civil?.
 Ya tuvimos más que de sobra con aquélla que algunos vengativos han intentado resucitar. Si alguien esperaba algo de eso, “vaya chasco”. ¿Qué esperabas mozuela mía?
 El pueblo español ha madurado y sobre todo, aquel pueblo español que tuvo la desgracia de vivir aquella fatídica II República, cuyas consecuencias vinieron a desembocar en la no menos fatídica y trágica guerra civil en la que nos vimos envueltos lo españoles sin olerlo ni saberlo, porque todos aquellos trágicos movimientos y sucesos, los organizaban aquellas gentes que no querían otra cosa que el poder para vivir a costa del pueblo liso y llano que no se metía en nada. Siempre es así, y no sólo aquí, sino en cualquier otro lugar del mundo.
 El pueblo español de hoy no quiere que eso se repita, a pesar de que existan ciertos individuos que estén propiciando los separatismos y enfrentamientos entre unas y otras regiones españolas, por odio a lo que es y representa la “E” de España, en su desmesurado afán de adquirir poder al precio que sea, aunque ese precio sea el sacrificio de los españoles.
 Hay voces que, por el mero hecho de haber sido nombrado un nuevo Rey, están pidiendo un cambio. ¿Un cambio en qué?. El único cambio que quiere el pueblo español es que le saquen de este marasmo de incertidumbre económica que está padeciendo, y eso no lo puede hacer el Rey.
 Inocentemente me pregunto ¿es que el nuevo Rey tiene o va a tener, más, competencias, más atribuciones, en una palabra, más poder que durante sus 39 años de reinado ha tenido Don Juan Carlos I?.
 ¿Qué puede cambiar el Rey sin el consentimiento o con la oposición, de las fuerzas políticas, de la Jefatura del Gobierno, sin la aprobación de los poderes fácticos del Estado?. ¿Si incluso siendo Capitán General de los Ejércitos, ni siquiera puede nombrar al Ministro de Defensa?.¿Si hasta los jueces de los altos tribunales de la Nación son nombrados por los partidos políticos, ¿Qué le van a dejar cambiar al nuevo Rey?
 Lo único que hasta el momento ha podido cambiar ha sido el fondo del escudo de España, en el Rolls Royce oficial de la Casa Real en el que ha sustituido el azul por el rojo. Poco cambio.
 Majestad: con toda esta tahúlla de aforados, paniaguados, y aprovechados que dicen que representan al pueblo, pocos cambios va a poder hacer S.M. en beneficio de su pueblo. Al tiempo. Mañana hablaremos de los aforamientos.