domingo, 29 de junio de 2014

LOS "AFORRADOS"



                                     LOS “AFORRADOS”
 El artículo 14 de la Constitución Española de 1978 dice: Los españoles son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
 Este artículo está en flagrante contradicción con la condición de aforamiento de que disfrutan determinadas personas que por su condición política gozan de determinadas
prebendas ante la ley, de las que no gozamos el resto de los comunes.
 Establecida esta circunstancia es de suponer que para que ese artículo se cumpla, hay que quitar su condición de aforamiento ante los Tribunales, a los más de 10.000 aforados que por el mero hecho de aposentar sus traseros para sacar brillo a los asientos de las Cámaras y Tribunales disfrutan de esos privilegios que los demás no tenemos.
 A todos los jueces y fiscales de los altos tribunales de la Administración de Justicia.
 A los Vocales y Magistrados del Tribunal Constitucional, y de la Audiencia Nacional.
 En pocas palabras, para que ese artículo se cumpla no debe haber nadie, absolutamente nadie que disfrute ante la ley de ningún privilegio del que no puedan disfrutar el resto de los españoles. Si así no se cumple, ese artículo hay que arrancarlo de la Constitución.
 Ahora que las gallináceas han revuelto el gallinero y no hacen más que cacarear sobre el posible aforamiento de S.M. Don Juan Carlos I, que dicho sea de paso, si hay alguien que se lo merece es sin duda alguna ÉL. En el próximo otoño el Gobierno va a abrir un debate para reducir el número de aforados de 10.000, a 2.000.
 ¿Y a quiénes va a suprimir?. ¿A qué 8.000 va a discriminar suprimiendo su aforamiento y a qué 2.000 va a seguir discriminando manteniéndoselo?. ¿No les parece, señores del Gobierno que se van a tomar ustedes unas atribuciones que la propia Constitución no les atribuye?.
 ¿Dónde está la libertad de la Justicia si los jueces y magistrados de los Altos Órganos de la Administración de Justicia están elegidos a conveniencia por los propios partidos políticos, por ser afines a su propia ideología?. ¿Quién nombra al Fiscal General?.
 Toda esta discriminación judicial de los aforamientos ha venido a alterar el gallinero político, y precisamente las gallinas más cluecas son las que más cacarean, las que ahuecan su plumaje para no dejar sitio a uno más, precisamente aquéllas que tendrían que estar besando el culo a quiénes nos dotaron de la Constitución que hoy tenemos y gracias a la cuál ellas pueden estar sentadas en los asientos del Congreso y del Senado y de las Cámaras Autonómicas; y que si no fuera por su condición de aforados ya habrían sido juzgadas por sus delitos contra el pueblo, y si halladas culpables, habrían perdido todos y cada uno de los privilegios que la Sociedad les está permitiendo.
 No vamos a citar nombres ni partidos, pero los tienen; la corrupción política se ha extendido de tal forma que casi nadie queda libre de culpa y muchos de ellos, a no ser por su condición de aforados, ya estarían en la cárcel, en Andalucía, en Cataluña, en Galicia, en Baleares, en Asturias, en Valencia o en cualquier región o pueblo.
 Hay algunos aforados que roban en Supermercados y ocupan por la fuerza tierras que no son suyas, a los que esa izquierda plural que no paga los impuestos de sus sedes, defiende y protege, y que se niega a que sea aforado alguien como S.M. que está, en todo, a años luz por encima de ese pobre hombre que la maneja. ¡Vaya Cayo!
 En el PSOE, que cuenta con varios aforados implicados en la trama de los ERES de Andalucía, se pronuncian con la abstención en el aforamiento de Don Juan Carlos I, ¿es que acaso esos individuos se consideran por encima del REY?. ¿Qué decir de UGT?
 ¿Y qué decir de la corrupción en la Cataluña del muy honorable, cuyo niño ha metido la mano en el cajón de las ITV, hasta más arriba del codo?. ¡Vaya honorable!.
   Lo justo, para que todos podamos hablar de Justicia y decir algún día que somos iguales ante la ley, es suprimir todas esas prebendas de que disfrutan los aforados, que empiezan así y terminan “AFORRADOS”

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