LA CONTAMINACIÓN Y EL RIDÍCULO
En más de una ocasión he dicho que la política
es el refugio de los menos aplicados de
cada casa, el pozo común al que van a parar aquellas personas que no sirven
para otra cosa, los que no tienen carrera, los que no tienen una historia
laboral, los que no han dado un palo al agua, los que han fracasado en otras
ocupaciones, es decir y me ratifico los que en su vida profesional, salvo raras
excepciones, nunca hubieran llegado a ser nada.
Y viene esto a cuento por el ridículo tan
espantoso que recientemente están haciendo en el Ayuntamiento de Madrid la
señora alcaldesa y no digamos su ínclita concejal “delegada de medio ambiente y
movilidad” doña Inés Sabanés.
Si alguien se molesta en ver su currículo en internet,
comprobará que sólo ocupa dos líneas: “llega a Madrid procedente de un pueblín
de los países catalanes, se instala en Vallecas “capital del rojerío
madrileño”, se enchufa en una asociación socialista vallecana, recorre el
partido comunista, izquierda unida, podemos, Ahora Madrid y consigue llegar al
puesto que ahora ocupa, teniendo menos
estudios que un berberecho, a no ser la licenciatura (nueva carrera) en Parques
y Jardines, aunque no sepa distinguir entre la hoja de un castaño y la de una
acacia, y por añadidura la delegación de movilidad en la capital de España.
¿Y qué ocurre, cuando gentes con tan escasa
preparación y nulo conocimiento del trabajo que se les encomienda ocupan un
puesto que les viene grande?, pues que viene el pitorreo, el hazme reír del
vecindario, por tomar decisiones equivocadas que en lugar de beneficiar al
pueblo, lo perjudican, y tienen que rectificar después del experimento.
¿Ustedes han visto en la televisión, con qué
fluidez de palabra se explica, con qué locuacidad dice lo que está leyendo en
la chuleta que le han preparado?. Parece el no va más de la oratoria.
Su escasa preparación la lleva a hacer el más
torpe de los ridículos tanto en su toma de decisiones como en las explicaciones
con las que quiere justificar sus errores.
Pues la señora Sabanés levanta un sueldazo en
el Ayuntamiento de Madrid, que se lo pagamos todos los madrileños, por no hacer
nada, miento, por hacer el ridículo y dejar en mal lugar a toda la Corporación
Municipal al tomar decisiones erróneas.
Yo soy de pueblo, y en mi pueblo no hay más
que burros y cazurros; y siguiendo las directrices municipales, va un cazurro y
le dice a otro: oye Bastián que ha dicho el Sr. Alcalde que mañana no puedes ir
a la plaza con tu burro porque es impar; que yo sí que puedo ir porque mi burro
es par. ¿Y eso por qué?, pues por lo de la contaminación, que no se pueden
juntar más de dos burros en la plaza; y
no lo puedes dejar en la zona verde por si se come la hierba. Para reír . . . .
Pues esto llega a ocurrir cuando con el voto
llevamos al poder a gente incompetente.
Es un decir. Así nos va.