UN TAL GÓMEZ DE
LA SERNA
No me hubiera
empujado a escribir este artículo otra circunstancia que no fuera el hecho de
que está referido a un indigno representante del pueblo segoviano en el
Congreso de los Diputados.
Afortunadamente el
tal Pedro Gómez de la Serna ni es segoviano ni nada tiene que ver con la noble
tierra de Segovia, porque este tío nació en Madrid y por circunstancias ajenas a su vinculación
con Segovia fue incluido por el PP en las listas electorales al Congreso de los
Diputados, al parecer, por razones de amiguismo con el presidente del partido.
Estoy convencido
de que si el fundador del partido Alianza Popular, don Manuel Fraga Iribarne lo
hubiera tenido en sus listas, lo hubiera expulsado de inmediato al tener la más
mínima sospecha de los supuestos casos de corrupción en los que está implicado.
Pero don Manuel
Fraga no tiene ni punto de comparación con quien hoy ostenta la presidencia del
partido que aquél fundó a quién le tiembla el pulso cada vez que en las filas
de su partido surgen y siguen surgiendo con inusitada frecuencia casos de
personas y personajes corruptos y que son muchos más de los que saltan a las
páginas de los periódicos.
A nivel nacional y
sobre todo en las grandes ciudades es un tanto más difícil conocer o descubrir
a los que de una forma u otra están metiendo la mano en el cajón, pero en los
pueblos y en las ciudades o localidades más pequeñas, todo el mundo conoce a
todos y es tanto más fácil saber quién es quién y conocer por su vida ostentosa
a los que unos años antes no eran más que unos pordioseros.
En la vida
segoviana hemos tenido a algunos que de la noche a la mañana, al amparo de la
situación política y de los cargos que les cayeron como el maná, se hicieron
millonarios con cargo a los presupuestos del Estado, podría citar nombres de
personajes con los que me he relacionado, a los que admiraba y en mi ingenuidad
distinguía con mi amistad pensando que eran honrados y que en realidad, con esa
ingenuidad de los que
les teníamos como amigos se estaban aprovechando de sus
cargos para enriquecerse a costa del pueblo.
Alguien en su
morbosidad estará esperando que diga sus nombres, sus cargos, sus casos de
corrupción, pero no hace falta, están siendo aireados por los medios de
información, como el caso del tal Gómez de la Serna al que el pueblo de
Segovia, si no renuncia a su escaño en representación de la tierra segoviana,
tendría que lincharlo en una plaza pública, tras haber ido a recoger su acta de
diputado.