miércoles, 16 de diciembre de 2015

GALLARDÓN



                                       UN POLÍTICO OLVIDADO

Nos encontramos los españoles, incluidos los de la periferia del nordeste (léase la España catalana) en unos momentos cruciales de la política, en los que si utilizamos nuestro buen seso podemos realizar una buena elección votando el día 20 de diciembre a aquel partido o aquella persona que al frente del mismo pueda o sepa tomar decisiones que en definitiva vengan a repercutir en beneficio del pueblo que les vota.
 Hoy tenemos a diario en los periódicos, en las emisoras de radio en las cadenas de televisión las imágenes de los dirigentes de diversos partidos políticos, que aspiran a conseguir con el voto del pueblo, llegar a ocupar la presidencia del Gobierno con el triunfo electoral de su partido.
 Siguen existiendo en el amplio espectro político unos partidos, concretamente cuatro, que podríamos considerar hoy hegemónicos en función del número de votantes que según las encuestas les van a apoyar, y que atendiendo a la edad de sus dirigentes, y por ende a su experiencia de gobierno, pues no olvidemos que como en la “mili” la veteranía es un grado, son el Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español, El Partido de los Ciudadanos (como si los demás no lo fuéramos) y el Partido Podemos, que entre los cuatro van a acaparar el 70% o más de los votos; el resto poco importan pues nula influencia han de tener en el cambio político, si es que lo hay, de esta nación llamada España.
 Y llama la atención que el máximo dirigente del primer partido citado tenga la edad de 62 años, mientras que los dirigentes de los otros partidos tengan entre 25 o 30 años menos que él, sin querer decir con ello que sea viejo, pero sí más experimentado.
 Y llama también poderosamente la atención que un político con más de 30 años de experiencia con un currículo excepcional en cuanto a su nivel de estudios superiores, altos cargos desempeñados tanto en su vida profesional como en política, con una brillantez dialéctica y de conocimientos, algo más joven que el propio señor Rajoy quién lo apartó de su cargo siendo ministro, no haya vuelto a la arena política, cuando por su formación podría ser el látigo que fustigara, políticamente hablando, a los neófitos políticos de esos partidos emergentes, incluyendo en su bisoñez hasta al flamante secretario general del PSOE, encumbrado al Olimpo sin saber por qué.
 Y me estoy refiriendo, como cualquier perspicaz observador habrá podido adivinar a Alberto Ruiz Gallardón quién en su bagaje intelectual, profesional y de estudios superiores, está muy por encima de todos los otros candidatos juntos.
 Cabe preguntarse ¿Por qué el Partido Popular no le ha requerido para que participe en la campaña electoral?, o ¿si le ha requerido, es que no ha querido participar?. No es pues nada extraño que el Partido Popular haya ido perdiendo votos y escaños en las últimas confrontaciones electorales, cuando lo mismo que de él ha estado prescindiendo de otros altos valores que en otro tiempo llevaron al partido a la cumbre de la mayoría absoluta y por ende al gobierno de la Nación
 En contraposición a ese olvido de auténticos valores del Partido Popular, he observado cómo en uno de esos debates televisivos sobre la actualidad política, ha participado por el PSOE un antiguo político de 50 años que no ha tenido más carrera ni otro bagaje que nacer en Alemania y emigrar a Vallecas para integrarse en el PSOE donde ha hecho toda su carrera sin destacar en nada, pues ha perdido todas las elecciones a las que se ha presentado, incluidas las que lo fueron en contra del candidato de su propio partido Tomás Gómez, que ya es decir. Pues bien, el neófito Pedro Sánchez, lo ha desempolvado para que venga a echarle una mano en su fracaso.
 Cabe pensar, si en el PSOE no hay mejores valores que los que representa el fracasado alemán Simancas, muy mal tienen que andar las cosas en su partido.

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