UN POLÍTICO OLVIDADO
Nos encontramos los españoles, incluidos los de la
periferia del nordeste (léase la España catalana) en unos momentos cruciales de
la política, en los que si utilizamos nuestro buen seso podemos realizar una
buena elección votando el día 20 de diciembre a aquel partido o aquella persona
que al frente del mismo pueda o sepa tomar decisiones que en definitiva vengan
a repercutir en beneficio del pueblo que les vota.
Hoy tenemos a
diario en los periódicos, en las emisoras de radio en las cadenas de televisión
las imágenes de los dirigentes de diversos partidos políticos, que aspiran a
conseguir con el voto del pueblo, llegar a ocupar la presidencia del Gobierno
con el triunfo electoral de su partido.
Siguen existiendo
en el amplio espectro político unos partidos, concretamente cuatro, que
podríamos considerar hoy hegemónicos en función del número de votantes que
según las encuestas les van a apoyar, y que atendiendo a la edad de sus
dirigentes, y por ende a su experiencia de gobierno, pues no olvidemos que como
en la “mili” la veteranía es un grado, son el Partido Popular, el Partido
Socialista Obrero Español, El Partido de los Ciudadanos (como si los demás no
lo fuéramos) y el Partido Podemos, que entre los cuatro van a acaparar el 70% o
más de los votos; el resto poco importan pues nula influencia han de tener en
el cambio político, si es que lo hay, de esta nación llamada España.
Y llama la
atención que el máximo dirigente del primer partido citado tenga la edad de 62
años, mientras que los dirigentes de los otros partidos tengan entre 25 o 30
años menos que él, sin querer decir con ello que sea viejo, pero sí más
experimentado.
Y llama también
poderosamente la atención que un político con más de 30 años de experiencia con
un currículo excepcional en cuanto a su nivel de estudios superiores, altos
cargos desempeñados tanto en su vida profesional como en política, con una
brillantez dialéctica y de conocimientos, algo más joven que el propio señor Rajoy
quién lo apartó de su cargo siendo ministro, no haya vuelto a la arena
política, cuando por su formación podría ser el látigo que fustigara,
políticamente hablando, a los neófitos políticos de esos partidos emergentes,
incluyendo en su bisoñez hasta al flamante secretario general del PSOE,
encumbrado al Olimpo sin saber por qué.
Y me estoy
refiriendo, como cualquier perspicaz observador habrá podido adivinar a Alberto
Ruiz Gallardón quién en su bagaje intelectual, profesional y de estudios
superiores, está muy por encima de todos los otros candidatos juntos.
Cabe preguntarse
¿Por qué el Partido Popular no le ha requerido para que participe en la campaña
electoral?, o ¿si le ha requerido, es que no ha querido participar?. No es pues
nada extraño que el Partido Popular haya ido perdiendo votos y escaños en las
últimas confrontaciones electorales, cuando lo mismo que de él ha estado prescindiendo
de otros altos valores que en otro tiempo llevaron al partido a la cumbre de la
mayoría absoluta y por ende al gobierno de la Nación
En contraposición
a ese olvido de auténticos valores del Partido Popular, he observado cómo en
uno de esos debates televisivos sobre la actualidad política, ha participado
por el PSOE un antiguo político de 50 años que no ha tenido más carrera ni otro
bagaje que nacer en Alemania y emigrar a Vallecas para integrarse en el PSOE
donde ha hecho toda su carrera sin destacar en nada, pues ha perdido todas las
elecciones a las que se ha presentado, incluidas las que lo fueron en contra
del candidato de su propio partido Tomás Gómez, que ya es decir. Pues bien, el
neófito Pedro Sánchez, lo ha desempolvado para que venga a echarle una mano en
su fracaso.
Cabe pensar, si en
el PSOE no hay mejores valores que los que representa el fracasado alemán
Simancas, muy mal tienen que andar las cosas en su partido.
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