TERMINA
EL AÑO 2013
Hay muchos seres humanos, especialmente en estas
latitudes donde vivimos los españoles, que consideran que el número 13 es gafe,
fatídico, que trae mala suerte, lo cual verdaderamente considerado no pasa de
ser una superstición de muchos que sin tener creencia alguna en religiones ni
vudús, sí creen sin embargo en esa superstición.
Para mí, personalmente, que ni soy
supersticioso ni creo en los vudús de los hechiceros de la tribu, lleven
hábitos, máscaras o plumas en la cabeza, el número 13 me la trae al pairo, como
si fuera el 17 o el 23. Para mí, el único año auténticamente gafe o por mejor
decir fatídico, trágico de mi vida ha sido el 2010, en el que tuve la tremenda
desgracia de perder a mi muy querida hija Beatriz.
Mas, retomando lo que haya podido ser para una
gran parte de los españoles, y no quiero hacer referencia a las grandes
catástrofes que a nivel mundial han sufrido otros países, otras razas, otras gentes,
otras personas que, como los que aquí vivimos, son seres humanos, en esta
España nuestra, mal que les pese a todos aquellos que siendo españoles reniegan
de serlo y tratan de convencer con engaños a otros para que también renieguen
de ser lo que son, el año 2013 que ya está llegando a su agonía, ha sido
fatídico en muchos aspectos de nuestra vida.
En este año 2013 que se está defendiendo en
sus últimos coletazos como gato panza arriba; algunos políticos del tres al
cuarto, que se aferran a sus cargos públicos como único medio de subsistencia,
porque de no dedicarse a la política de la que cobran generosamente, estarían
dando tumbos sin saber a qué dedicarse que les pudiera producir tan pingües
beneficios, están creando el cultivo del odio entre los españoles de unas
regiones con otras.
Lo bueno o lo malo del caso, y eso es lo más
rotundo de su fracaso, es que ese odio que intentan generar entre los españoles,
sólo existe en sus mentes calenturientas, como único medio de pretender
acumular poder, ese poder efímero que lo mismo que se obtiene en determinado
momento, se puede perder a los cuatro años en que se celebren nuevas
elecciones.
La vida humana es efímera por muchos años que le
pueda durar a una persona; hay una edad en los humanos en la que por mucho que
se quiera prolongar, empieza el declive, la cuesta abajo; llega un momento en
el que pasas de ser el líder impetuoso, a convertirte en un anciano en cuestión
de cuatro o cinco años; y dejan de llamarte por teléfono, de invitarte a
reuniones, y comienzas a pensar en los pocos años que te quedan para enfrentarte
con la de la guadaña, sin haber creado lo más importante amor y amistad.
Y piensas, ¿ha merecido la pena discutir,
renegar, odiar, enfrentarte a los demás para al final de la existencia llegar a
ese lugar al que todos vamos a parar antes de que llegue el próximo año que
termine en 13?.
Este año 2013 no ha sido nada bueno para los
españoles en general; se han cometido injusticias contra el pueblo, se ha
favorecido a los más encumbrados en perjuicio de los más necesitados. La
Justicia ha sido pisoteada por la bota del poder. Se han dictado leyes contra
el pueblo; se le han reducido los ingresos a los que tiene derecho, mientras
que los cargos públicos no han dejado de enriquecerse de una forma u otra, sea
con sueldos vergonzosos o robando al pueblo.
Sólo me queda decir que este año terminado en
13 ha sido fatal para España y los españoles, sólo nos queda el consuelo a los
desamparados, que el próximo año terminado en 13, todos, absolutamente todos los
que aquí estamos, seremos iguales. ¡Vaya consuelo!
Y “usté” que lo diga don Paco.