LOS HONORIS
CAUSA
En este galimatías
de los trinques y los robos del montón de sinvergüenzas que aprovechándose de
sus cargos o de su fama están esquilmando a España, al tiempo que aparentan ser
personas honestas y honradas ante la simpleza de los españoles de buena fe, engañándoles
en la apreciación que por aquéllos sienten al haber sido encumbrados a sus
cargos por el pueblo noble, nos venimos tropezando con indecentes a los que el
pueblo concede títulos y honores y que después cuando la Justicia descubre sus
tropelías contra el pueblo, se derrumban como ídolos de barro, y el pueblo que
en otros tiempos los encumbró se ve obligado ante el fiasco a quitarles los
títulos honorarios, medallas, collares, estatuas y pedestales sobre los que les
pusieron.
Y por echar mano
de algunos de esos casos más recientes nos tropezamos con el caso de La Pantoja
a la que por su arte el pueblo de Andalucía le concedió la medalla de aquella
hermosa región y a la que ahora se ha visto obligado a quitársela al haber sido
condenada por la Justicia.
Otro caso reciente
y más sangrante aún es el del no menos sinvergüenza Paco Granados al que el
pueblo de Madrid honró con un título que nunca se mereció habida cuenta de las
corrupciones que ha venido cometiendo abusando de sus cargos oficiales desde la
alcaldía de Valdemoro; lo malo es que quiénes le creyeron honesto le
propusieron para cargos de mayor relevancia.
Y no digamos nada
del tal Jorge Pujol que durante 34 años ha venido robando al pueblo
de mil distintas maneras, habiendo montado una trama
empresarial de corrupción en la que está involucrada toda su “pujolera”
familia; de tal palo tal astilla, y a cuyo “santo barón” le habían erigido una
estatua en un puebluco por ahí perdido en la geografía española del que le
nombraron “hijo adoptivo” y que ante sus múltiples casos de corrupción las
gentes del pueblo lo derribaron de su pedestal, dañándose los dedos de la mano
“paradójicamente para que no volviera a poder robar”, dándose el extraño caso
de empecinamiento de la corporación municipal que le han vuelto a reponer en su
estructura de hierro bien anclado, para que a los que el alcalde y concejales
llamaron vándalos, no lo vuelvan a derribar, ahora que ha perdido el honor que
nunca tuvo.
Y vengo a citar
que al amparo de esos medios de comunicación llamados sociales, que están
causando grave perjuicio a la Sociedad, me ha entrado en mi “privacidad” un
correo solicitando que firme una petición para que a otro de esos trincones al
que llaman Rodrigo Rato le retiren el nombramiento de “Doctor Honoris Causa”
que le fue otorgado por la Universidad Rey Juan Carlos, petición a la que, por
supuesto, me he unido por haber traicionado la confianza que el pueblo había
puesto en él, al meter los dedos rotos del otro en la caja de Caja Madrid.
Y me ha extrañado
que los que solicitan esa firma, no la promueven para otros personajes como un
tal Carrillo, Chaves, Griñán, Zarrías que también tienen cargos y honores que
nunca se han merecido, o Maleni a la que hasta en la Junta de Andalucía le han
dado un trato de honor al haber anulado la Audiencia de Sevilla, la fianza de 29
millones de euros que la Justicia le había impuesto por sus tropelías.
Siempre lo he
dicho, todos, sean quiénes sean, se llamen como se llamen, a la más mínima
sospecha de corrupción, sólo ante la sospecha, sin esperar a la presunción de
inocencia, porque cuando el río suena agua lleva, deben ser apartados de su
cargos, aunque luego haya que pedirles perdón por haber dudado de ellos sin
fundamento.
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