Hoy día 5 de febrero, se
celebra la festividad de Santa Águeda, Patrona de ese pueblecito segoviano de
Zamarramala, en otros tiempos municipio y hoy agrega a la muy noble y leal
Ciudad de Segovia como un barrio más de la misma.
En
un gran número de localidades de España, se conmemora dicha festividad como una
fiesta carnavalesca sin que dicha efemérides tenga ni haya tenido nunca connotaciones
con los Carnavales.
La
conmemoración de dicha fecha tiene lugar porque hace siglos tal día como hoy,
las mujeres de aquel pueblecito, en ausencia de sus hombres que ausentes
estaban siguiendo al Rey su Señor en a conquista de otras tierras, defendieron
heroicamente el Alcázar de Segovia contra la morisma que había llegado para
ocuparlo, lo que dio lugar para que el Rey su Señor, premiara su heroicidad
concediéndoles el privilegio de que un día al año fueran ellas las que mandaran
en lugar de los hombres siendo válidas las decisiones que en aquel Ayuntamiento
se tomaran en dicho día.
Tan sólo un día al año de mandato las concedió
el Rey, cuando lo cierto es que las mujeres siempre han mandado sobre los
hombres desde que el mundo es mundo, y desdichado aquél que no se deje mandar,
pues personalmente así pienso que debería ser.
En
recuerdo de aquel hecho histórico, he compuesto para aquellas heroicas mujeres
este soneto:
Salen de sus casas muy acicaladas,
vistiendo las
mozas sus galas mejores,
monteras,
manteos, faldas, medias, flores,
joyas,
abalorios, cuentas plateadas. . .
Las vieron los moros tan engalanadas
que pronto
quisieron tener sus favores,
y olvidan sus
armas, trompetas, tambores,
alfanjes,
cuchillos, puñales y espadas.
Acuden bizarros mozos segovianos
y al Alcázar
regio defienden con sañas,
ellos con su
fuerza, ellas con su gala;
y expulsan al moro recios castellanos,
horcas, bieldos, garios, hoces y guadañas
y bellas mujeres de Zamarramala.
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