domingo, 4 de marzo de 2018

SUS SEÑORÍAS Y SUS SEÑORÍOS


                                       SUS SEÑORÍAS Y SUS SEÑORÍOS



 Soy poco dado a escuchar o presenciar las tertulias políticas que a diario nos ofrecen los distintos canales televisivos que en lugar de buscar la distracción o atención del oyente o del vidente, se dedican a escucharse entre los contertulios quitándose unos a otros la palabra de la boca, o contradiciéndose entre ellos según el pensamiento o la ideología política, porque cada cual va buscando morir de éxito con su verborrea en un alarde de hacer prevalecer su opinión sobre la del contrario, ideológicamente hablando y en lo que cada uno arrima el ascua a su sardina.

 No obstante, en ocasiones sigo alguna de esas tertulias o debates, cuando llevan como reclamo a algún personaje de la política, al que se puede escuchar por sus experiencias, altos conocimiento y preparación intelectual, y en otras ocasiones porque al tal invitado político hay que oírle por sus demagógicas palabras o por las tonterías que dice.

 Pues bien, hace unos días estuve viendo (hoy se dice visionando) en uno de esos programas un debate sobre las pensiones al que llevaron como invitado a un Senador, que por el mero hecho de serlo tiene el tratamiento de Ilustrísimo y Su Señoría, aunque por su formación cultural no le correspondiera ni el de Don.

 Más de una vez, cuando me presentan a algún ilustrísimo (aunque personalmente también tenga ese tratamiento) cargo de nada, he dicho: me conformaría con poder ser ilustre a secas y no en superlativo sin méritos.

 Pelillos a la mar tengo un paisano mi buen amigo Angelito, que regenta La Taberna de Cascajares y el afamado restaurante El Senador, que bien por costumbre, por los muchos senadores que lo visitan, o por deformación profesional a todo el que traspasa la puerta de su casa lo llama Señoría; y aquí recomendaría a algunas “portavozas” que cuando se trate e algún Señoría varón, lo denominen “Su Señorío”, en justa compensación

 Pues una de esas Señorías, Su Señorío el ínclito Senador Sr. Simancas estuvo haciendo demagogia en ese debate sobre las pensiones, recordando sus tiempos de gloria que me temo que nunca los tuvo, poniendo de relieve lo que le interesaba desde su punto de vista político y ocultando lo que no quería recordar.

 Y no quiso recordar que el Sr. Aznar al fin de su mandato presidencial, dejó llena el arca de las pensiones para varias décadas; y no quiso recordar que su entonces Jefe de filas Zapatero, el 12 de mayo de 2010, dijo en el Congreso que suspendería para 2011 la revalorización de las pensiones, y que su actual jefe de filas Pedrito No-No, votó con toda la bancada socialista a favor de su propuesta. Flaca memoria Sr. Simancas

 El Sr. Simancas, con todos mis respetos hacia su cargo y su persona, al parecer hoy se ha convertido en la eminencia gris de su partido político el PSOE, por el cuál lo presentaron hace años a las elecciones presidenciales de la Comunidad de Madrid, en las que fue derrotado por su oponente, y al no estar conforme con la derrota, impugnó las elecciones sin base electoral para ello; no obstante lo cual, su oponente (en este caso oponenta), le dio una segunda oportunidad, como a los torerillos que empiezan, y fue derrotado una vez más, por una amplia mayoría. Después de esto, su partido lo arrinconó en la gloria azul del Senado como premio de consolación por su ineficacia.

 En su demagogia, hizo unas propuestas inaceptables en la más elemental economía, de la que sabe menos que Zapatero; pero no dijo nada de la reducción del gasto público, de los latisueldos de senadores, diputados, altos cargos de la vida pública, asambleas de las 17 Españas, de todos los que se están repartiendo el botín de las pensiones. ¿Cuánto cobra Vd. por su ineficacia y su demagogia?. ¿Estaría dispuesto a ceder una mínima parte de sus emolumentos en favor de las pensiones? He aquí la cuestión. El pueblo no necesita esta clase de políticos. Es un decir.

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