EL FELÓN
He leído en un periódico de tirada nacional
las manifestaciones que un político ha hecho sobre el actual presidente del
gobierno: “La felonía de Sánchez . . .” , y como no estoy muy versado en la
lingüística española, no queriendo hacer una interpretación errónea sobre los vocablos
castellanos “felón” y “felonía”, he
echado mano del Diccionario de la Lengua española que dice: felón, falso, traidor, capaz de cometer
actos viles en que hay engaño, traición o cobardía. = Canalla. Felonía= acción propia de un felón.
Ignoro si el presidente del gobierno, al no
tener un máster cualificado, o alguien de los que le secundan en las tareas de
gobierno, ha alcanzado a medir la palabra que ha venido a aplicar el político
en cuestión, en relación con la actitud de don Pedro, al desautorizar a los
Jueces y la Justicia, o en relación con el pretendido expolio que quiere hacer
de la tumba de un muerto, para lo cual quiere cambiar por decreto, como hacía
el dictador, esa nefasta ley de la memoria histórica, que desde hace años vengo
en calificar como Ley de la Venganza Histérica, ordenando el cierre del lugar
donde el Jefe del Estado pueda ser enterrado por segunda vez. Si lo entierran
en Mingorrubio no podrán enterrar a nadie más, puesto que el Cementerio tendría
que ser cerrado; y si le entierran en mi pueblo, ya no me podrán enterrar a mí,
a pesar de tener comprada la tumba,
porque el cementerio tendría que ser
cerrado.
No sabemos si lo de la felonía viene por una
cosa o por la otra, o tal vez por ambas y muchas más que están ocurriendo en
nuestro Estado de Derecho, por culpa de un gobernante felón en boca del
político antes citado.
En cuanto a la modificación de la Ley de la
Venganza Histérica, no parece de aplicación más que para los personajes que en
aquella nefasta guerra civil estuvieron en el bando de los vencedores, pues las
calles de muchos pueblos y lugares de España tienen nombres dedicados a las
personas de las izquierdas y nadie entra a sustituirlos, como por ejemplo en
Leganés con los nombres del General Juan Negrín, de Francisco Largo Caballero,
de Dolores Ibarruri, de Julián Grimau, o en Madrid con la Avdª. de Pablo Iglesias, por citar algunas. Me da
que la tal Ley no es igual para comunistas, que para los demás
Esto me trae a las mientes aquel suceso del
pueblo en el que un paisano le dice al otro: Oye tú que ha llegado el
comunismo, así que a repartir la hacienda, como tú tienes diez burros, cinco
son míos y cinco son tuyos; coño pues no me parece mal; así que como tú tienes
veinte vacas, diez para ti y diez para mí. Ni hablar macho, ni hablar, que el
comunismo es sólo “pa” burros.
De cualquier forma lo que parece increíble en
un Estado de Derecho de un País serio como
España, es que el proyecto “estrella” de su gobierno sea el desenterrar
a un muerto, en lugar de ocuparse de los graves problemas de los vivos a los
que se está hundiendo en la miseria por sus malos gobernantes.
Tal vez, algún día, cuando con los años les
haya llegado a estos bisoños gobernantes la madurez intelectual, lleguen a preguntarse
a sí mismos: ¿qué pensarán nuestros hijos del mal uso que hemos hecho del poder
que hemos tenido?. Es penoso, pero tal vez sus propios hijos vengan a condenar
sus acciones. ¿Habrá sido bueno mi
padre, o sólo habrá sido un vanidoso felón? Es un decir.
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