CUATRO ROSAS
En
mi jardín nacieron cuatro rosas,
con
ilusión las he visto crecer,
cada
día desde el amanecer
las
mimaba por verlas más hermosas.
En
mi vergel lucían primorosas,
y
en mi ilusión me hacían hasta creer
que
otro rosal jamás podría tener
unas
rosas ¡mi bien!, tan amorosas.
Con
mirarlas estaba envanecido,
orgulloso
de ver en mi jardín
las
rosas del más bello colorido.
El
castigo que tuve, ¡triste es!:
ya
que por haber sido un engreído
de
las cuatro me quedan sólo tres.
(Dedicado a mis cuatro hijas,- De mi libro
SEIS
AÑOS SIN ELLA)
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