EL VOTO DE LA
INFANCIA
El Pedrito está
pidiendo el voto para los chavales de 16 años, es decir, Pedrito está buscando
el voto de los niños. Me da que los interfectos se lo van a tomas a guasa.
Cuando yo tenía 16
años, a los de mi época no nos planteaban ese problema, porque
entonces no existía la posibilidad de votar,
políticamente hablando se entiende; entonces te lo daban hecho, si te guste el
chocolate te lo tomas y si no te gusta te lo tragas.
En aquel entonces
los chavales teníamos otros problemas, mucho más acuciantes que lo de poder
votar. Teníamos que buscarnos las habichuelas. No como hoy que te metes en un
partido político y ya has hecho la carrera. ¿Verdad Pedrito?.
Algunos o muchos,
teníamos que trabajar y estudiar al mismo tiempo.
A los 16 años, yo
estaba en 6º. de bachiller, de aquél bachiller que duraba 7 años y del que
dábamos 14 asignaturas en un curso: Lengua y literatura, matemáticas, Ciencias
Naturales, Geografía e Historia, Física y química, Filosofía, Lenguas vivas
francés y alemán, Lenguas muertas, latín y griego, educación física, Religión y
de remate Educación del espíritu del Movimiento; no sé si me he dejado alguna,
pero cuando los chicos de la época terminábamos el bachiller, éramos una
enciclopedia.
Cuando salía de
clase, a una Gestoría a hacer de chico de los “recaos”, por las propinas; no
había salario base ni pensión de paro. ¡Cómo para pensar en el voto!. Así se
forjaba la vida de los niños de la guerra, no de los que con sus padres se
fueron a Francia o a Méjico, sino de los que con dos cojones tuvimos que
quedarnos aquí para levantar España, esta España de mierda que nos han creado
los políticos corruptos, y para recabar el voto inmaduro a los que acaban de empezar
a vivir.
En nuestros ratos
libres, que no eran muchos, hacíamos deporte, el fútbol con una pelota de
trapo, natación en el río y sin taparrabos, entonces no había piscinas, frontón
en la pared de la iglesia con pelotas de cuero que nos hacíamos nosotros
mismos, metiendo un pequeño guijarro en su núcleo, cazar pájaros con tirachinas
de goma, pescar con un artilugio que nos hacíamos con una ramita verde y un
imperdible en la punta. Lo mismo comíamos un lagarto recién cazado que un pez
recién cogido en el río; ¡tiempo teníamos para pensar en el voto!. Cuando nos
quedaba tiempo para chicolear, lo teníamos difícil, para robarle un beso a una
chavala o tenías que ser muy atrevido o ella muy puta.
¿En qué realidad
cree que vive hoy el Pedrito?. Más le valiera no meter a los chavales en
política, en esa política que está hundiendo España, en la que se están
haciendo ricos cuatro sinvergüenzas., desde Ayamonte al cabo de Reus.
De aquella
generación salieron muchos sabios, literatos, científicos que han esparcido su
sabiduría por los cuatro continentes, fuera de España; los mediocres nos
quedábamos en la cuneta, sin atrevernos a ir más allá de nuestras fronteras,
para que niñatos políticos vinieran a pedir el voto inmaduro de los niños.
Así nos se arregla
España, así lo único que se arregla es el mondongo de cuatro políticos
incompetentes. Hay cosas mucho más importantes que resolver en España.
Al loro don Pedro
que hay mucho qué hacer por el pueblo, antes de pedir el voto a los niños.
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