jueves, 19 de noviembre de 2015

A DON PEDRO SÁNCHEZ



                                  EL VOTO DE LA INFANCIA

  El Pedrito está pidiendo el voto para los chavales de 16 años, es decir, Pedrito está buscando el voto de los niños. Me da que los interfectos se lo van a tomas a guasa.
 Cuando yo tenía 16 años, a los de mi época no nos planteaban ese problema, porque
entonces no existía la posibilidad de votar, políticamente hablando se entiende; entonces te lo daban hecho, si te guste el chocolate te lo tomas y si no te gusta te lo tragas.
 En aquel entonces los chavales teníamos otros problemas, mucho más acuciantes que lo de poder votar. Teníamos que buscarnos las habichuelas. No como hoy que te metes en un partido político y ya has hecho la carrera. ¿Verdad Pedrito?.
 Algunos o muchos, teníamos que trabajar y estudiar al mismo tiempo.
 A los 16 años, yo estaba en 6º. de bachiller, de aquél bachiller que duraba 7 años y del que dábamos 14 asignaturas en un curso: Lengua y literatura, matemáticas, Ciencias Naturales, Geografía e Historia, Física y química, Filosofía, Lenguas vivas francés y alemán, Lenguas muertas, latín y griego, educación física, Religión y de remate Educación del espíritu del Movimiento; no sé si me he dejado alguna, pero cuando los chicos de la época terminábamos el bachiller, éramos una enciclopedia. 
 Cuando salía de clase, a una Gestoría a hacer de chico de los “recaos”, por las propinas; no había salario base ni pensión de paro. ¡Cómo para pensar en el voto!. Así se forjaba la vida de los niños de la guerra, no de los que con sus padres se fueron a Francia o a Méjico, sino de los que con dos cojones tuvimos que quedarnos aquí para levantar España, esta España de mierda que nos han creado los políticos corruptos, y para recabar el voto inmaduro a los que acaban de empezar a vivir.
 En nuestros ratos libres, que no eran muchos, hacíamos deporte, el fútbol con una pelota de trapo, natación en el río y sin taparrabos, entonces no había piscinas, frontón en la pared de la iglesia con pelotas de cuero que nos hacíamos nosotros mismos, metiendo un pequeño guijarro en su núcleo, cazar pájaros con tirachinas de goma, pescar con un artilugio que nos hacíamos con una ramita verde y un imperdible en la punta. Lo mismo comíamos un lagarto recién cazado que un pez recién cogido en el río; ¡tiempo teníamos para pensar en el voto!. Cuando nos quedaba tiempo para chicolear, lo teníamos difícil, para robarle un beso a una chavala o tenías que ser muy atrevido o ella muy puta.
 ¿En qué realidad cree que vive hoy el Pedrito?. Más le valiera no meter a los chavales en política, en esa política que está hundiendo España, en la que se están haciendo ricos cuatro sinvergüenzas., desde Ayamonte al cabo de Reus.
 De aquella generación salieron muchos sabios, literatos, científicos que han esparcido su sabiduría por los cuatro continentes, fuera de España; los mediocres nos quedábamos en la cuneta, sin atrevernos a ir más allá de nuestras fronteras, para que niñatos políticos vinieran a pedir el voto inmaduro de los niños.
 Así nos se arregla España, así lo único que se arregla es el mondongo de cuatro políticos incompetentes. Hay cosas mucho más importantes que resolver en España.
 Al loro don Pedro que hay mucho qué hacer por el pueblo, antes de pedir el voto a los niños.

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