jueves, 15 de octubre de 2015

MONTORO



                                                    MONTORO

 Montoro “dixit”: “Hay compañeros míos que se avergüenzan de ser del PP”. una “boutade”. No es nada extraño, porque habiendo en el Partido personajes como él, que hay muchos, no es nada extraño que haya muchos militantes que les dé vergüenza decir que lo son.
 El Sr. Montoro llegó al Partido Popular cuando ya estaba todo hecho, cuando un puñado de militantes de base habíamos conseguido aupar al partido hasta llevarlo a la Presidencia del Gobierno. Eran otros tiempos en los que sí había algunos que sintiéramos no vergüenza, sino miedo porque éramos insultados, incluso atacados cuando participábamos en mítines y caravanas electorales al llegar la convocatoria de elecciones.
 Montoro, como otros muchos y muchas, llegaron al Partido cuando ya estaba todo ganado, muchos procedentes de otros partidos en extinción como el CDS o la UCD, para subirse al carro del vencedor y ocupar puestos remunerados.
 Muchos hemos sido los que hemos luchado por el Partido con nuestro trabajo, con nuestro dinero, poniendo nuestras personas y nuestros coches que eran apedreados, sin haber llegado a ocupar un cargo remunerado, allá por los años 79/80 del pasado siglo, y ¿para qué?, para que después vinieran los Montoros que hoy tiene dentro, a dañarle con sus declaraciones y muchos dando la “espantá” antes de que llegue su descomposición.
 Mi número de afiliado es el 9.969 de los cerca de 800.000 que tiene el partido, y sigo en la brecha, creo hablar con suficiente conocimiento de causa aunque Montoro no lo sepa.
 Las declaraciones de Montoro han venido a causar al partido más daño que las que hiciera el Sr. Aznar hace unos días, porque en definitiva Aznar vino a decir verdades como puños, ante las cuáles el Sr. Rajoy no ha sabido reaccionar. Hoy sin ir más lejos, el Sr. Rajoy está en Bruselas, solucionando asuntos que le interesan más que los propios de su partido y de los españoles, hoy sin ir más lejos, a quien quitó de portavoz para nombrarlo ministro de Sanidad, lo quita para que tape el agujero del país vasco. Paños calientes, se ve que Alonso es como las cataplasmas, sirve para todo.
 El Sr. Montoro no ha salido tanto en la prensa como está saliendo ahora por decir una tontería, y en su engreimiento ha dicho “No necesito escribir mis memorias, me basta con mis cifras”; “mi gestión se puede medir, a otros les miden por sus palabras”, “si alguien sabe lo que pasa en la calle, ese soy yo”. Tres frases lapidarias que le definen.
 Cómo se nota que no viaja en autobús ni en metro, que no va al mercado a hacer la compra, que no entra en los bares, donde ya se habla a voces de la desastrosa economía del pueblo y de la descomposición del partido. Para ser ministro de economía sólo hace falta saber cuántas son dos más dos, sin preguntar cómo aquel gallego ¿Y “pá” qué?. Para ser un buen economista sólo hay que saber comprar a dos y vender a tres, y cualquier otra cosa que nos quiera explicar el Sr. Montoro, “cagao”, cómo decía uno de mi pueblo. El Sr. Rajoy empezó a libarse de los mejores, de los que en su opinión podían hacerle sombra y se ha quedado con los mediocres.
 Hace unos meses empezó el desfile, ayer mismo dimitieron otros dos cargos del partido, no creo que el Sr. Montoro tarde en firmar la carta de dimisión sino lo ha hecho ya, aunque a decir verdad, como decía otro de mi pueblo la culpa no es suya, sino del que le pone el ronzal por las mañanas.
 Ya en mi libro de “La España corrupta”, le dediqué uno de mis sonetos grotescos, no es cuestión de hacerle otro ahora. Aunque nunca es tarde.

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