EL ALCALDE
DE BURGOS
El alcalde de Burgos acaba de
cometer un acto completamente opuesto a la voluntad de cuántos votaron a su
partido para ponerle a él al mando de la Alcaldía de tan importante y querida
capital castellana.
Cuando alguien es elegido por una aplastante
mayoría de electores que votaron a su favor en las urnas, conociendo
previamente algunas de las empresas más importantes que figuraban en su
programa electoral, cuál era la remodelación de la Avenida de la barriada de
Gamonal una importante vía urbana de la capital, no se puede dejar a los
vecinos en la estacada porque una pandilla de energúmenos hayan organizado una
algarada callejera con el intento de hacerle desistir de su propósito, con
amenazas y alborotos, al frente de los cuáles se encontraban unos cuántos
revienta actos de la “kale borroka”.
No se puede permitir que el más alto cargo de
la ciudad se baje los pantalones cediendo a las presiones de los “antisistema”
que no saben ni conocen en qué consiste la democracia. El alcalde de Burgos, al
que suprimo el tratamiento de “señor” porque no se lo merece, ha traicionado a
su electorado; lo menos que puede hacer es dimitir de su cargo porque no está a
la altura de saberlo defender, y si no lo hace, el Sr. Presidente de su partido
debe exigirle que lo haga; no valen paños calientes, el Sr. Rajoy tiene que
pegar el puñetazo en la mesa y prescindir de todas aquellas personas de las que
está rodeado en su partido que no sirven para nada más que para figurar en su
corte de corifeos para llevarse los suculentos sueldos que cobran y que no se
los merecen, como no se merecen ostentar el cargo que ocupan.
El alcalde de Burgos es uno de los muchos que
existen en su partido en el que hay muchos más que nadie conoce pero que entre
todos están hundiendo aquel partido que fundó Manuel Fraga y que Aznar
consiguió llevar a la Presidencia del Gobierno y que hoy no se parece en nada a
lo que en principio fue, debido al gran número de incapaces e incompetentes que
ostentan cargos en sus filas.
El señor Rajoy tiene que hacer valer su
mayoría absoluta no sólo en este caso sino en tantos otros que tiene
pendientes, con separatistas, jueces, etarras, opositores; nunca más va a poder
tener la mayoría que hoy tiene, y si no la hace valer hoy, nunca más va a tener
la oportunidad de hacerlo porque nunca más volverá a gobernar.
Todas estas consideraciones me han llevado a
escribir uno más de mis sonetos grotescos dedicado en este caso al alcalde de
Burgos, pero que sirve para los dos.
ALCALDE DE BURGOS
El alcalde de Burgos, ¡madre mía!,
se
ha giñado en sus mismos pantalones
y
no ha sabido echarle dos cajones
al
fuerte ataque de disentería.
Ser alcalde, es pechar con valentía
ante
las más diversas situaciones
y
tragar sin cagarse en los calzones
los
sapos que le surgen cada día.
Tener un cargo, sólo por cobrar
los
altos sueldos que le paga el pueblo
es
una vil manera de robar.
Si no vales para ocupar el cargo
no
hay otra solución que dimitir
vete
haciendo la maleta y largo.
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