lunes, 27 de noviembre de 2017

EL PROBLEMA CATALÁN


                                            EL OBISPILLO



  Me pasa que, como tengo más años que el hilo negro, para cualquier cosita insignificante que escribo me viene a las mientes algún hecho o alguna anécdota   conocida o vivida que poder sacar a relucir en mis escritos. Y viene al caso en esta ocasión que estando yo viviendo en un bello pueblo del norte de Palencia, había en una de las aldeas cercanas un cura no muy mayor y algo sarcástico que cuando falleció S.S. el Papa y alguien se lo comentaba, él respondía:  mira hijo, “el escalafón es el escalafón”. Por supuesto que aquel curita nunca llegó a ser Papa y ni siquiera obispo como el de Solsona.

 ¿Y qué le pasa al obispo de Solsona, al que me tomo la licencia literaria de llamarle “obispillo”,  por él, y por su diócesis que es la más pequeña de toda Cataluña y casi me atrevería a decir que de toda España.

 La bella ciudad de Solsona, cuenta con 8.914 habitantes según el censo del pasado año 2016, ostenta el título de ciudad, a pesar de su corto número de habitantes, otorgado por el Rey Felipe II, y su obispo actual, cuya profesión es la de ingeniero técnico agrícola (en castellano y coloquialmente hablando, destripa-terrones), fue ordenado sacerdote en Tárrega el 6/7/97, (hay un dicho entre los aldeanos de Castilla que, cuando uno protesta o se queja de todo, le dicen “cállate ya que gruñes más que la marrana de Tárrega”, a los que conocen el dicho, no hace falta que les explique el significado), y fue  nombrado obispo por Benedicto XVI el 12/12/2010, una carrera meteórica.

 Pues este “obispillo”, por su juventud, parece no haber llegado a la madurez intelectual, para entender y asumir totalmente la doctrina de Cristo, aprovecha las homilías en las misas que celebra para hacer proselitismo político, materia de la que no sabe de la “misa la mitad” y nunca mejor dicho,  en lugar de crear almas para el cielo; y así le pasa que en lugar de decir: “la paz del Señor sea con vosotros”, está alentando a sus feligreses, incluso niños, para que sus corazones alberguen el odio hacia su propia nación que no es otra que España y sus hermanos que somos todos los españoles, con lo que en lugar de predicar la paz de Cristo, está inculcando el odio entre los pueblos.

 Este “obispillo” que por su edad no ha vivido la Historia de España ni siquiera la de Cataluña, esa Cataluña con la que España y los españoles se volcaron durante todo el siglo XX para hacerla grande, para convertirla en la Región más industrial y más próspera del Estado, gracias al esfuerzo y el trabajo de hombres y mujeres procedentes de otras regiones de España, que fueron a servir a los burgueses, señoritos que les llamaban despectivamente “Charnegos”,  es la misma España contra la que este “obispillo” está pidiendo el odio y la separación. Pidiendo que salgan de la cárcel quiénes han cometido delitos civiles y penales, que no políticos aunque también. Pues este neófito aprendiz de la doctrina cristiana está confundiendo “el culo con las témporas”, y perdón por la expresión.

 Este obispo que ya ha sido reprobado por los vecinos de otras localidades próximas a Solsona, como Cervera, o la propia Tárrega donde fue abucheado y tuvo que estar bajo la protección de las fuerzas del orden público a las que ha insultado llamándoles “Guerrilleros”, es probable que cuando tenga unos cuantos años más y le llegue la madurez mental a su intelecto,  y sea iluminado por la luz del Señor, tal vez se postre ante la Cruz, y pronuncie las propias palabras de Cristo según San Lucas: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”, tal vez entonces se apee de su soberbia episcopal y postrado ante la Cruz, diga: perdóname Señor por haberme equivocado y haber utilizado tu nombre para otros fines espurios ajenos a la doctrina cristiana.

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