domingo, 18 de mayo de 2014

SONETO GROTESCO, A Dª. ANA



                             UN HIPÓDROMO EN LA CASTELLANA
 De las pocas veces que miro la televisión, me encontré con una noticia inaudita, inexplicable, a algún demente se le ha ocurrido convertir el Paseo de la Castellana de Madrid en un hipódromo, para que algunos trincones hagan correr a sus caballos por la vía principal y más importante arteria de la capital del reino.
 Al parecer, en otros tiempos, antes de que Madrid fuera la ciudad que hoy es, por el Paseo de la Castellana, que era una calle sin asfalto porque entonces no existía, y en cuyas laderas crecían álamos, chopos, y otros especímenes de la producción arbórea,
los grandes señorones de la época, paseaban con sus ostentosos carruajes, con el cochero al pescante y los próceres y próceras (perdóneseme el vocablo), bien aposentados en los almohadillados asientos, por lo que era la arteria principal del Madrid dieciochesco. Al cruzarse los carruajes, los señores se saludaban cortésmente levantando el sombrero. Hoy ya no hay caballeros en La Castellana
 También al parecer, por lo que ahora dicen, en aquel entonces, en el Paseo de la Castellana se celebraban carreras de caballos, antes de que fuera construido lo que hoy es el Hipódromo de Madrid, donde parece haber alguien de reputación dudosa.
 Yo no sé a qué mente calenturienta se le ha ocurrido vender la idea de la celebración de carreras de caballos en el Paseo de la Castellana a la Alcaldesa de Madrid.
 En algún otro escrito ya he manifestado que doña Ana Botella tiene en su equipo de concejales y asesores alguien que está haciendo todo lo posible para derrocarla en su cargo y esta idea de la celebración de carreras de caballos por el Paseo de la Castellana, viene a colmar el vaso para que en las próximas elecciones municipales nadie la vote si es que su Partido la presenta; cuidado con el hipódromo doña Ana. Cualquier día se les ocurre trasladar el Lago de la Casa de Campo próximo al distrito de Latina, a la Cibeles para adularla; del agua mansa líbreme dios que de la brava me libro yo. Indague.
 Madrid es lo que es hoy; pretender recuperar acciones o historias del pasado, es una auténtica aberración. Madrid hoy es una ciudad moderna, cosmopolita, con hermosas calles asfaltadas, bordeadas de grandes y hermosos edificios, cuajadas de automóviles, autobuses del servicio urbano, de peatones que pasean por sus calles principales, disfrutando de las terrazas de sus cafeterías, la variedad de sus salas de espectáculos, y el Paseo de la Castellana su gran arteria que comunica el norte con el sur, son toda una muestra de su modernismo.
 Intentar llenar hoy esa gran arteria con los rebaños de la trashumancia, o en esta ocasión con las carreras de caballos de hace más de cien años,  es todo un atropello al modernismo, no sé quién le haya podido engañar a la señora Botella, pero algún incompetente la está haciendo perder votos en aras de un populismo inexistente.
 Madrid tiene muchos y graves problemas que resolver en bien de su vecinos, la baja de los impuestos municipales, la baja del coste de los transportes públicos, la ayuda a las persones dependientes, el coste de la recogida de basuras, la atención de comedores y espacios para los sin techo, por citar algunas de las cosas que se me curren, y a sus asesores, doña Ana Botella, alcaldesa de la ciudad que no es ciudad porque sigue siendo villa, todo lo que se les ocurre es malgastar el dinero público en transformar el maravilloso Paseo de la Castellana, no olvidemos que su nombre representa no sólo a Castilla si no a la España entera, en un improvisado hipódromo para que se luzcan cuatro caballitos de unos cuantos elitistas millonarios en una España corrupta.
 Las más de mil toneladas de tierra que ha habido que transportar y que mañana habrá que retirar le cuesta una pasta gansa al contribuyente, pasta que sin duda podría servir para suplir algunas de las carencias que los ciudadanos madrileños tenemos.  
 Señora alcaldesa ¿quién la ha engañado?. Los fondos públicos hay que utilizarlos en beneficio del pueblo para aliviar su crisis; y ojo con los topos y cursos de formación
 Todo este tinglado también sirve de base para hacer un soneto grotesco más:

           ANA BOTELLA

 La alcaldesa del foro, Ana Botella
ha alterado el paseo La Castellana,
echando de la noche a la mañana
toneladas de tierra, ¡vaya pella!.

 El pobre madrileño, mala estrella,
pagará, aunque será de mala gana,
los gastos de estos fastos de doña Ana,
que pueden ser objeto de querella.       

 En los graves momentos que la Villa,
de austeridad y ahorro está pasando,
se lo gastan en fastos, ¡pesadilla!.                

 Más valiera a la ínclita alcaldesa,
reducir los impuestos que, abusando,
nos cobra a los vecinos por sorpresa.

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