UN HIPÓDROMO EN LA
CASTELLANA
De las pocas veces que miro la televisión, me
encontré con una noticia inaudita, inexplicable, a algún demente se le ha
ocurrido convertir el Paseo de la Castellana de Madrid en un hipódromo, para
que algunos trincones hagan correr a sus caballos por la vía principal y más
importante arteria de la capital del reino.
Al parecer, en otros tiempos, antes de que
Madrid fuera la ciudad que hoy es, por el Paseo de la Castellana, que era una
calle sin asfalto porque entonces no existía, y en cuyas laderas crecían
álamos, chopos, y otros especímenes de la producción arbórea,
los grandes señorones de la
época, paseaban con sus ostentosos carruajes, con el cochero al pescante y los
próceres y próceras (perdóneseme el vocablo), bien aposentados en los
almohadillados asientos, por lo que era la arteria principal del Madrid
dieciochesco. Al cruzarse los carruajes, los señores se saludaban cortésmente
levantando el sombrero. Hoy ya no hay caballeros en La Castellana
También al parecer, por lo que ahora dicen, en
aquel entonces, en el Paseo de la Castellana se celebraban carreras de
caballos, antes de que fuera construido lo que hoy es el Hipódromo de Madrid,
donde parece haber alguien de reputación dudosa.
Yo no sé a qué mente calenturienta se le ha
ocurrido vender la idea de la celebración de carreras de caballos en el Paseo
de la Castellana a la Alcaldesa de Madrid.
En algún otro escrito ya he manifestado que
doña Ana Botella tiene en su equipo de concejales y asesores alguien que está
haciendo todo lo posible para derrocarla en su cargo y esta idea de la
celebración de carreras de caballos por el Paseo de la Castellana, viene a
colmar el vaso para que en las próximas elecciones municipales nadie la vote si
es que su Partido la presenta; cuidado con el hipódromo doña Ana. Cualquier día
se les ocurre trasladar el Lago de la Casa de Campo próximo al distrito de
Latina, a la Cibeles para adularla; del agua mansa líbreme dios que de la brava
me libro yo. Indague.
Madrid es lo que es hoy; pretender recuperar
acciones o historias del pasado, es una auténtica aberración. Madrid hoy es una
ciudad moderna, cosmopolita, con hermosas calles asfaltadas, bordeadas de
grandes y hermosos edificios, cuajadas de automóviles, autobuses del servicio
urbano, de peatones que pasean por sus calles principales, disfrutando de las
terrazas de sus cafeterías, la variedad de sus salas de espectáculos, y el
Paseo de la Castellana su gran arteria que comunica el norte con el sur, son toda
una muestra de su modernismo.
Intentar llenar hoy esa gran arteria con los
rebaños de la trashumancia, o en esta ocasión con las carreras de caballos de
hace más de cien años, es todo un
atropello al modernismo, no sé quién le haya podido engañar a la señora
Botella, pero algún incompetente la está haciendo perder votos en aras de un
populismo inexistente.
Madrid tiene muchos y graves problemas que
resolver en bien de su vecinos, la baja de los impuestos municipales, la baja
del coste de los transportes públicos, la ayuda a las persones dependientes, el
coste de la recogida de basuras, la atención de comedores y espacios para los
sin techo, por citar algunas de las cosas que se me curren, y a sus asesores,
doña Ana Botella, alcaldesa de la ciudad que no es ciudad porque sigue siendo
villa, todo lo que se les ocurre es malgastar el dinero público en transformar
el maravilloso Paseo de la Castellana, no olvidemos que su nombre representa no
sólo a Castilla si no a la España entera, en un improvisado hipódromo para que
se luzcan cuatro caballitos de unos cuantos elitistas millonarios en una España
corrupta.
Las más de mil toneladas de tierra que ha
habido que transportar y que mañana habrá que retirar le cuesta una pasta gansa
al contribuyente, pasta que sin duda podría servir para suplir algunas de las
carencias que los ciudadanos madrileños tenemos.
Señora alcaldesa ¿quién la ha engañado?. Los
fondos públicos hay que utilizarlos en beneficio del pueblo para aliviar su
crisis; y ojo con los topos y cursos de formación
Todo este tinglado también sirve de base para
hacer un soneto grotesco más:
ANA BOTELLA
La alcaldesa del foro, Ana Botella
ha
alterado el paseo La Castellana,
echando
de la noche a la mañana
toneladas
de tierra, ¡vaya pella!.
El pobre madrileño, mala estrella,
pagará,
aunque será de mala gana,
los
gastos de estos fastos de doña Ana,
que
pueden ser objeto de querella.
En los graves momentos que la Villa,
de
austeridad y ahorro está pasando,
se
lo gastan en fastos, ¡pesadilla!.
Más valiera a la ínclita alcaldesa,
reducir
los impuestos que, abusando,
nos
cobra a los vecinos por sorpresa.
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