DIRECCIÓN GENERAL DE TRÁFICO (DGT)
Comenzaré por decir que no veo la televisión,
a lo sumo de vez en cuando la miro y
ello me ha permitido visionar (como hoy se dice) en las cadenas públicas
de TV cómo anunciaban a bombo y platillo una gran noticia, vamos una ocurrencia
que alguien ha tenido en la Dirección General de Tráfico, para reducir el
número de accidentes y de muertes en las carreteras de España: enviar cartas a
los propietarios de automóviles con una antigüedad superior a diez años, para
que no dejen de pasar la ITV, revisen los neumáticos, paguen los seguros,
revisen los frenos, lleven las luces encendidas durante todo el día aunque haga
sol, nada dicen si durante la noche también, etc. etc. todo lo cuál, como digo
no pasan de ser unas ocurrencias; me explico: “ Un amigo mío ha recibido una de
esas cartas en la que hacen referencia a un vehículo del año 1977, es decir de
hace la friolera de 36 años, en el que le hacen esas recomendaciones; y tal
resulta que el tal vehículo cuando era nuevo tuvo un accidente y fue declarado
siniestro total. Pasó a recogerlo en la carretera la grúa de uno de esos
desguaces, y le dijeron que no se ocupara de nada, que ellos lo daban de baja
en Tráfico, para lo cual se llevaron la documentación; que lo diera de baja en
el Seguro para que no le siguieran cobrando, como así lo hizo”
Pues bien, ahora le dicen que no tiene seguro,
que revise el estado del vehículo, los neumáticos, y que pase la ITV; el caso
es cobrar.
Con esta acción pretenden desde la DGT (yo
diría la “déjate”), reducir el número de accidentes en carretera; ¡vaya gol que
le han metido a la señora directora general de tráfico, alguno de los acólitos
que tiene a su servicio!; para que luego diga don Mariano que no necesita
renovar su equipo gubernamental.
Les diría que lo que hay que vigilar es a esos locos de la carretera que estrenan
coches modernos y muy potentes que presumen de ir desde Madrid a la Costa en
tres horas; que revisen el buen estado de las carreteras, principalmente las
secundarias que es en las que se producen el mayor número de accidentes, que
señalicen adecuadamente aquéllas autovías en las que se están realizando obras;
y que cuando vean a una tartana circulando por la carretera a 30 por hora, no
se molesten en pararla ni en hacer recomendaciones a su dueño, que seguro estoy
que no va a producir ningún accidente.
Utilicen los fondos públicos en algo más
práctico que en enviar cartas a quienes ya no poseen ningún coche de hace 36
años. Así no se arregla España.
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