viernes, 4 de enero de 2019

EL JILGUERO Y EL GORRIÓN




(A un presidente presuntuoso)



EL JILGUERO Y EL GORRIÓN



 En un pilón refrescaba

un humilde gorrioncillo

que con esmero atusaba

su plumaje con el pico.

 Un jilguero vanidoso

se acercó al pilón y dijo

con acento presuntuoso:

no te esfuerces pajarillo,

tu plumaje no es hermoso,

tus plumas no tienen brillo,

¿ves el mío esplendoroso

color rojo y amarillo?;

¿no sabes cómo es mi canto,

no has escuchado mi trino?.



 Quedose el gorrión parado,

en silencio y pensativo,

pero al fin le respondió

con su estridente chillido:

tú eres, y eso no me importa,

vanidoso y presumido

porque Natura te ha dado

ese lujoso vestido,

y crees que dices algo

con tu gorjeo perdido;

pero hay muchos en el mundo

como tú de presumidos,

que su belleza es liviana,

tan frágil y pasajera

que duran una mañana

como rosa en primavera.



 Tienes hermoso plumaje

de esplendor superficial,

y como el agua del río,

tu voz no se oye al final

pues, como el campo baldío

eres por fuera banal,

y por dentro estás vacío

como el aire de un fanal.

 No te esfuerces jilguerillo

que está cerca tu final,

y quedarás hecho añicos

igual que un frágil cristal.

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