MADRID,
COSAS QUE CONTAR
Había nacido Francisco en el año de gracia de
l930 un día 15 de junio en la localidad segoviana de San Ildefonso comúnmente
conocida a nivel nacional e internacional como La Granja de San Ildefonso
porque el versallesco Rey Felipe V Duque de Anjou descendiente directo del
francés Rey Sol tuvo la bienaventurada idea al ser nombrado Rey de España, de
construir su residencia de verano y su majestuoso Palacio Real con su hermoso
jardín que se prolonga ladera arriba hasta las proximidades de las crestas,
nevadas durante gran parte del año de la segoviana Sierra de Guadarrama,
cuajándole de fuentes monumentales, queriendo imitar la suntuosidad de su
Palacio de Versalles, pero en un paraje natural infinitamente más majestuoso,
más bello que el versallesco palacio de su Francia.
Hoy
el título de Duque de Anjou recae en Luis Alfonso de Borbón Martinez Bordiú,
hijo primogénito del fallecido Duque de Cádiz y de Anjou, D.Alfonso de Borbón y
Dampierre, Primogénito de D. Jaime de Borbón y Batennberg, hijo de S.M Don Alfonso XIII, nacido como sus
hermanos Don Juan y Dª. Beatriz en el palacio Real de La Granja, y de Doña
Carmen Martínez Bordiu, nieta del General Franco, y sobre el que, de no haber
quedado extinguido, habría recaído también el título de Duque de Segovia por herencia
de su abuelo Don Jaime, quién a pesar de ostentar el título nobiliario más alto
de la muy noble y muy leal ciudad, siempre estuvo completamente relegado al olvido por Segovia y
los segovianos, aun cuando con Tierra de Segovia está enterrado en Roma.
Habían
transcurrido más o menos dos años desde el nacimiento de Francisco cuando su
padre, madrileño él como madrileña era toda su familia, sus padres y hermanos
que en Madrid residían, decidió por motivos laborales, trasladar su residencia
de La Granja a Madrid, viniendo a ubicarse temporalmente, en tanto encontraba
una vivienda para su esposa e hijo, en la calle de Clemente Fernández, situada
en lo que se denomina el Alto de Extremadura, que comienza en el Paseo de dicho
nombre, descendiendo hasta la Plaza de Salvador Crespo en el mismísimo Paseo de
los Olivos.
La calle de Clemente Fernández ha sido
denominada durante años como la calle de los Hoteles, porque a lo largo de ella
se habían construido gran cantidad de chalets que por iniciativa de la Compañía de
Ferrocarriles de España, adquirió los terrenos como los de otras calles
adyacentes, formando lo que entonces se llamó la Colonia Ferroviaria, para
construir viviendas para sus empleados, ocupando los chalets el personal de más
alto rango directivo.
Pues en uno de estos chalets que era la
vivienda de D. Honorio esposo que era de la Tita Carmen, cuñada de la tía
Emilia hermana del padre de Francisco, estuvo viviendo la familia unos meses
hasta que se trasladaron a la calle del Molino de Viento, próxima a la calle de
Fuencarral, en el corazón de las Correderas, Alta y Baja de San Pablo en las
proximidades de la Plaza de San Ildefonso, coincidencia de nombre con el lugar
de nacimiento de Francisco, y cerca de la calle de El Escorial, donde a la
sazón vivía una hermana del padre de Francisco, en pleno barrio de Universidad
donde se encuentran calles tan conocidas como la del Pez, Jesús del Valle,
Manuela Malasaña, hoy convertida en el corazón del movimiento Gay con la Plaza
del Dos de Mayo, y la famosa calle de La Palma en la que durante años estuvo
actuando en un local cedido por el Ayuntamiento de Madrid la que podríamos
llamar la Última cupletista la famosa Doña Olga Ramos con su esposo D. Cipriano
:”Cipriano, Cipriano, Cipriano, no bajes
más la mano, no seas tan descarao. . . .” padres de la estimada amiga de
Francisco Olga María Ramos que, siguiendo la tradición y los pasos de su
querida madre sigue actuando con un buen espectáculo en la “Prospe”, en el
Teatro Prosperidad y a la que a través de estas líneas, Francisco la envía un
fuerte abrazo, deseándole muchos éxitos.
Y
estando viviendo en la calle de Clemente Fernández, la madre de Francisco se
puso de parto y vino al mundo en ella un 11 de febrero de 1933, un nuevo
vástago de la familia y único hermano que Francisco tuvo, y que fue bautizado
en la Iglesia de Santa Cristina, situada en el Paseo de Extremadura, en la
mismísima Puerta del Ángel, templo construido por el Arquitecto Repullés y Vargas
en estilo neomudéjar y que viene a ser un magnífico edificio de arte antiguo ubicado
en pleno corazón Madrid cerca del río Manzanares, la Catedral de La Almudena y
el propio Palacio Real.
Y
viene todo esto a colación hoy porque de algo hay que hablar en este Madrid que
anda más que revuelto con esas
elecciones que se van a celebrar el próximo 26 de junio, y hallándose Francisco
sentado en el día de hoy, 15 de junio, en el que cumple sus 86 años, en la
terraza de una Cafetería llamada el Café del Gato, como no podía ser de otra
forma, situada en la madrileña Plaza de la Puerta del Ángel, enfrente de la
susodicha Iglesia de Santa Cristina en la que fue bautizado su hermano cuando
él había cumplido ya dos años, se le han llenado los ojos de lágrimas y la
mente de recuerdos y le han venido a la memoria, eso que algunos dicen que es
la inteligencia de los burros, toda esta historia de su vida, de su nacimiento
en su querido pueblo segoviano, en el que nacieron infantes, descendientes de
reyes, y que al contrario que la vida de Francisco que siempre ha sido una vida
sencilla, que no le da materia para escribir sus memorias, como sus hijos le
piden, pero sí para escribir estas pequeñas cosas vividas, para que sus hijos y
descendientes las conozcan y no se pierdan en la nebulosa del recuerdo de lo que
con el paso de los años quedan perdidas y no hay nadie que las recuerde si no
han sido previamente escritas. A ellos van dirigidas las palabras y recuerdos
de este escrito.
Perdón por la paliza para quién no les
importa, pero de algo tenía que escribir hoy 15 de junio de 2016, fecha en la
que cumplo los 86, sentado frente a la Iglesia de Santa Cristina en la que hace
83 años fue bautizado mi hermano.
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