LOS DESPLAZADOS
Vivo o resido
habitualmente durante once meses del año en Madrid, una localidad perteneciente
a una Comunidad Autónoma más o menos civilizada de las diecisiete Españas en lo
que hoy se ha convertido, administrativamente hablando, esta vieja piel de toro
en la que todos nos considerábamos iguales y unidos por la Administración única
central, pero que hoy nos tiene más o menos diferenciados, en función de
nuestra procedencia
En otras épocas,
eras un español más, en cualquier provincia de España a la que te trasladaras;
hoy, a todos los efectos, eres un desplazado, y no puedes disfrutar de los
servicios públicos sanitarios de los que disfrutan los lugareños de la
localidad a la que te desplazas.
Atraído por la
climatología, las lindezas naturales de la Comarca, y de manera especial por la bonhomía y agradable
trato de sus gentes, desde hace ya unos quince años, dejé de trasladarme en el
verano a los paraísos naturales del Norte de España y muy concretamente de
Cantabria, para disfrutar de mi veraneo en la bella y acogedora ciudad de
Águilas, Murcia, el corazón de la Costa Cálida que este verano del año 2015, se
ha convertido en algo más que cálida, se ha convertido en la antesala del
infierno, de ese infierno imaginativo que muchos dicen que existe.
Ni sentado al
atardecer, o en las horas ya nocturnas, en las cercanías de la mar, es
soportable el excesivo calor que hemos venido sufriendo durante estos primeros
quince días del abrasador mes de agosto.
Con independencia
de los rigores naturales, contra los que las administraciones públicas nada
pueden hacer, pensé que con el cambio político de la Administración Municipal,
podría haberse preocupado el actual Consistorio de Águilas, en mejorar las
condiciones de vida de los “desplazados”, pero no es así, seguimos siendo
“desplazados”, poco menos que “apestados”
Desafortunadamente,
por cuestiones de edad, invalidez y
problemas de salud, hay una, cada vez más numerosa población de “desplazados”,
de otros lugares y de otras Administraciones Comunitarias, para los que, el
simple hecho de ponerse una inyección, tomarse la tensión, efectuar el control
de “Sintron”, o solicitar la receta de alguna medicina, los “desplazados” como
si fuéramos “apestados”, tenemos que acudir al único hospital general que en
Águilas existe, donde radica el Centro médico Norte, instalado en un sótano, lugar
de complicada ubicación para personas enfermas, mayores de edad, de movilidad
reducida, sin que nadie haya hecho nada para que esas personas puedan tener una
atención médica elemental primaria, en el Centro de Salud Sur, de más fácil
acceso, por hallarse en una zona céntrica de la localidad, al que sólo pueden
acudir los residentes en ella.
Pensaba que con el
cambio municipal, se iban a mejorar las condiciones de vida social de los que
durante años venimos a disfrutar de las lindezas aguileñas; me equivocaba, hoy
no existe el servicio de grúa municipal para retirar vehículos mal estacionados
sobre las aceras, pasos de peatones, estacionamientos para minusválidos etc.
esa vigilancia ha desaparecido con el cambio.
Ayer día 12 de
agosto, festividad de San Lorenzo. El día más caluroso del año, según la
“cabañuelas” de Castilla; más o menos a las 14 horas, la hora de mayor calor,
esta bella ciudad de Águilas se quedó sin suministro eléctrico. Este sufridor
de las deficiencias administrativas municipales, hizo una llamada telefónica al
092, cual sería mi sorpresa cuando me respondieron ”ha llamado usted al Centro de emergencias de la Comunidad Autónoma de
Murcia”. Explico el problema y me responden que lo transmiten a la Compañía
eléctrica. Poco después, otra persona hace también una llamada; a ésta le
responden que llame a la Compañía, le facilitan un nº, telefónico que creo era
el 091175175 si la memoria no me falla, donde le dicen que el problema estará
resuelto entre las 16 o 16,30 horas.
Realizo una nueva
llamada en este caso al 091 (que en la Comunidad Autónoma donde resido es el
que corresponde a la Policía Nacional) y me responden de nuevo que es el Centro de emergencias de la C.A.M .y que ya
tienen una llamada mía anterior, lo que me hace suponer que en la Comunidad
de Murcia, tanto para llamar a la Policía Local como a la Policía Nacional, hay
un teléfono común que es el del Centro de Emergencias
de la Comunidad. Ante mi insistencia haciéndoles ver los
problemas de los alimentos almacenados en cámaras frigoríficas, ascensores de
edificios que no pueden ser utilizados, etc. me responden que están actuando
con toda celeridad ante la Compañía Eléctrica para que lo reparen con toda
urgencia; y en efecto, alrededor de las 15 horas, el problema ya había sido
resuelto.
No quiero hacer
conjeturas, pero Águilas es una ciudad que en los meses de verano alberga a más
de cien mil habitantes, y a alguien, a nivel oficial, le competen las
responsabilidades de que tenga las infraestructuras necesarias, para que
cualquier emergencia de esta índole, no vuelva a producirse, y en el caso
improbable en que llegara a producirse, sea resuelta con toda celeridad, sin
estar a expensas de que la Compañía diga que tardarán dos o dos horas y media
en resolverlo.
¿Se imaginan ustedes
la angustia de cualquier persona que hubiera quedado atrapada en un ascensor?.
Afortunadamente no ocurrió, pero yo mismo no pude subir a mi casa hasta que se
restituyó el servicio.
En Águilas es
necesario que el nuevo equipo municipal busque soluciones a las muchas
carencias de las que adolece, sobre todo en los veranos y dar facilidades a los
desplazados, a los que tantos impedimentos se les pone, para que su venida vaya
en aumento, ello hará que se convierta en una Ciudad más próspera y no le arrebaten
esa prosperidad otras localidades próximas que más facilidades ofrecen..
¡Viva Águilas!
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